Revolución Francesa
En aquella época, la mayor parte de los franceses vivían en la pobreza y no tenían libertad para decidir quién les gobernaba. Pero el rey, la iglesia y los nobles acumulaban grandes riquezas y privilegios: organizaban lujosas fiestas y bailes en el palacio de Versalles. Y mientras tanto, la gente pasaba hambre: las cosechas se habían perdido, no podían hacer pan y además debían pagar impuestos a los ricos.
Hartos de esta situación, el pueblo de París se lanzó a la calle, precisamente el 14 de julio y asaltó la Bastilla, la fortaleza de París y tomó las armas: querían luchar por un futuro mejor para ellos y sus hijos.
A partir de ese momento la revolución se extendió por toda Francia. Todos unidos consiguieron su objetivo : acabar con los privilegios, lograr la igualdad de todos los franceses y la libertad del pueblo, unos derechos que se recogieron unos días más tarde en la Declaración de los Derechos Humanos y en el lema de la República Francesa: "Libertad, Igualdad y Fraternidad", que sigue hoy en la actualidad.
La Revolución francesa es importante porque cambió la forma de gobierno que durante muchísimos años hubo en Francia y otros países de Europa y dio paso a una nueva forma de Estado, en la que el pueblo puede hacer oír su voz y decidir quién gobierna.
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